10 acciones Zero Waste

Cada vez somos más conscientes de la importancia que tiene el cuidado del medio ambiente, preservar nuestro planeta Tierra para las generaciones venideras. Por eso surge el movimiento Zero Waste o Residuo cero, como respuesta a una población cada vez más preocupada por este tema y por el cambio climático que ya estamos experimentando.

Este movimiento promueve, tal como su nombre indica, lograr el residuo cero, intentar vivir sin plástico, consumir materiales sostenibles y reutilizar los productos siempre que sea posible, buscando alternativas que sean respetuosas con el medio ambiente. Por fortuna, la gente está tomando consciencia de esto y empieza a actuar.

«Ninguna especie que se diga inteligente destruye su propio ecosistema».

¿Y esto tiene que ver con el minimalismo? Pues sí, porque el minimalismo promueve la reducción del consumismo, y el reflexionar sobre el origen de lo que consumimos y sobre los materiales de lo que está hecho lo que compramos es parte de eso. Vivir con menos es más.

En esta entrada quiero compartir algunas acciones que llevamos a cabo en casa para reducir nuestros residuos, y que espero te sirvan de inspiración.

1. Jabones sólidos

Hoy en día existen infinidad de tipos de jabones sólidos, incluso champús y acondicionadores. Esto es muy minimalista porque te hace ahorrar una gran cantidad de espacio en el cuarto de baño. Yo tengo dos botitos de cristal para esto: uno para los jabones que uso como geles y otro para los champús y acondicionadores. Lo que hago cuando los compro es cortarlos en cuatro trocitos, y la verdad es que me duran bastante y me van muy bien.

He de decir que en mis inicios con el champú sólido sentía que no me dejaba el pelo bien, como que me duraba menos tiempo limpio. Pero por lo visto es normal, puesto que al principio se eliminan siliconas y toxinas que llevan los productos que van envasados en plástico, y esto lleva su tiempo. Les di una oportunidad y en un par de meses noté que no se me ensuciaba tanto como antes, cuando tenía que lavármelo un día sí y el otro no, ahora puedo estar incluso tres días sin lavarme el cabello, y eso está genial.

2.Yogures caseros

Hace años mi marido me regaló uno de los mejores regalos que me han hecho: mi querida yogurtera. Aquí se nota mucho la reducción de envases de plástico, pues comemos muchos yogures, mínimo uno al día. Calculando, a lo mínimo, yo sola me como unos 30 yogures al mes, así que ahorro unos cuantos envases.

Para elaborar yogures caseros basta con dos ingredientes: leche entera y yogur natural (nosotros lo usamos sin azúcar, como unos auténticos realfooder), se mezclan estos dos ingredientes, se rellenan los vasitos de cristal y se meten unas ocho horas en la yogurtera. Esto lo hago una vez a la semana, normalmente los lunes, algo que forma parte de mi meal prep. Y para seguir la cadena, para la siguiente producción uso uno de nuestros yogures naturales. Suelo renovar ese yogur natural una vez al mes, comprando un par de yogures, envasados en cristal, que son un poco más caros, pero merece la pena (dos yogures en cristal en lugar de 30 yogures en plástico).

3.Enjuague bucal en pastillas

Esta es otra cosa bastante minimalista en cuanto a espacio se refiere. Sustituir la típica botella de plástico de colutorio por un bote de cristal pequeñito con unas pastillitas. Estas pastillas se disuelven en agua y luego te enjuagas la boca con eso. Compramos un bote en el que vienen unas 180, cuesta unos 10 euros, y nos dura aproximadamente cuatro meses, así que creo que es una buena inversión, y el baño se ve un poco más minimalista.

4.Compra a granel

Comprar a granel me gusta muchísimo. Llevar mis recipientes, mis botes de cristal y mis propias bolsas es fantástico; siento que le ahorro mucho plástico al planeta cuando hago este tipo de compras.

Eso sí, importante utilizar los recipientes que ya tenemos por casa. Sé que se venden packs de tuppers de cristal preciosos, bolsas de algodón para la fruta muy bonitas,… Pero tenemos que pensar racionalmente; si tenemos cosas por casa que nos pueden servir adelante, da igual que sean de plástico, y que no quede tan guay si no vas con el típico pack de zero waster.

En casa utilizamos mucho botes de cristal de conservas y de aceitunas para algunas compras a granel, como son avena, legumbres, frutos secos, … También aprovechamos unos cuantos tuppers de plástico que ya teníamos y unas bolsas de plástico de Ikea que usamos siempre que compramos fruta y verdura.

Además, intentamos evitar, en la medida de lo posible, productos que vengan en envases de plástico. Priorizamos los alimentos sueltos (un manojo de zanahorias en lugar de una bolsa de plástico con zanahorias) y/o que vengan en otro material biodegradable como es el cartón o el papel.

Y si haces la compra en un mercado en vez de en un supermercado mucho mejor, pues así evitas muchos envases plásticos. Por supuesto, llevando tus recipientes para que te pongan los alimentos ahí.

Por otro lado, está el tema de los detergentes. También los compramos a granel. Afortunadamente justo al lado de casa abrieron una tienda en la que venden jabones sólidos artesanales, detergentes y lavavajillas a granel,… Con esto también se reducen muchos envases.

5.Jarra con filtro de agua

Sé que viviendo en Madrid el agua del grifo es potable y está buena, pero también he oído que el agua del grifo tiene microplásticos. Antes de vez en cuando comprábamos garrafas de agua, pero al final decidimos adquirir una jarra con un filtro. Vale, sí, el filtro hay que cambiarlo cada mes, pero calculando el número de botellas o garrafas de agua que nos quitamos… al final usamos menos plástico con este sistema.

6.Porta bocadillos reutilizable

Ya hacía varios meses que no comprábamos papel de aluminio, que era lo que usábamos para guardar algunos alimentos. Este material lo sustituimos por servilletas de papel, con las que metíamos lo que fuera dentro de estas servilletas y luego el paquetito que se quedaba lo sellábamos con elásticos por los extremos para que no se abriera. Si luego las servilletas no se manchaban, volvíamos a reutilizarlas.

Aunque este sistema no estaba mal, usábamos muchas servilletas, así que nos acabamos comprando dos porta bocadillos, uno para cada uno, que simplemente es una tela con un velcro para guardar mejor los alimentos que metamos dentro. Esto nos soluciona bastante el tema de la comida para media mañana que nos llevamos al trabajo, ya sean frutas, bocadillos, sandwiches, galletas,… Si se ensucian se lavan y ya está.

7.Botella de agua de vidrio

También tenemos dos botellas de agua de vidrio, la mía es pequeñita y la de mi marido de las grandes. No se rompen fácilmente, porque vienen forradas, con silicona una y con una tela acolchada la otra.

Estas botellas vienen genial, hay muchos modelos preciosos y las llevas contigo todo el tiempo, de modo que ayuda a mantener el hábito de beber mucha agua en el día a día. Y lo más importante, se reducen residuos, porque no consumimos botellas de plástico, que no se deben reutilizar porque desprenden tóxicos al agua, con lo que ahorramos al medio ambiente muchísimas botellas de plástico.

8.Cepillo de dientes de bambú

Se recomienda cambiar el cepillo de dientes cada tres meses, lo que supone unos cuatro cepillos al año… 40 cepillos en 10 años… Y esto una sola persona… Calcula lo que consume una familia, un barrio, una ciudad, un país,… muchísimos cepillos de dientes.

Comencé a usar estos cepillitos de bambú y están genial. Mi marido tiene uno eléctrico que le regalaron hace años, que usará hasta que se rompa y luego se pasará también al cepillo de bambú.

9.Copa menstrual

Me la regalaron hace aproximadamente un año, y para no faltar a la verdad he de decir que no me dio tiempo de usarla, porque me quedé embarazada, pero tengo la firme intención de utilizarla en cuanto pueda.

Sólo he oído maravillas sobre la copa menstrual, nada de tóxicos, comodidad, mayor conocimiento de una misma… Y además, una reducción significativa en la generación de residuos. Da hasta vértigo calcular el número de compresas, tampones y salvaslips que usa una sola mujer a lo largo de su vida fértil.

10.Toallitas húmedas

Antes no utilizábamos toallitas húmedas, pero llegó nuestra peque y empezamos a usarlas cada vez que le cambiábamos el pañal, con bastante culpabilidad por cierto, porque son bastante contaminantes y hay que usar bastantes, cosa que no es muy minimalista que digamos.

Así que agarramos al toro por los cuernos y decidimos dejar de usarlas excepto en algunas ocasiones fuera de casa. ¿Y qué hacemos? Pues lavarle el culito con agua y jabón y secarla con una toallita de tela. Ya está, así de simple. Requiere más tiempo, pero consideramos que vale la pena: no se le irrita el culillo, reducimos residuos y ahorramos dinero, tres en uno.

En otro post tendré que hablar de esto del minimalismo con un bebé en casa, porque es todo un reto, hay que ir en contra de una sociedad super consumista en este aspecto: mucha ropa, muchos juguetes, muchos aparatos,… Pero es super ilusionante ir aprendiendo poco a poco a seguir nuestro estilo de vida anterior minimalista pero con la pisquito.

Hay muchas acciones que se pueden llevar a cabo en la reducción de residuos, aquí sólo te he puesto diez y me dejo muchas más en el tintero. Espero haberte dado alguna idea nueva o al menos haberte animado a ponerte manos a la obra con el Zero Waste. Soy consciente de que todavía consumo bastante plástico, pero sigo aprendiendo nuevas formas de reducirlo.

Cuéntame en los comentarios qué acciones realizas para disminuir residuos en tu día a día, y así nos aportamos ideas los unos a los otros. En el compartir está la clave. Y recuerda: vale más hacer algo, aunque sea insignificante, que no hacer absolutamente nada.

«Gastamos miles de millones de dólares para encontrar vida en otros planetas… y trillones de dólares matando la vida en éste…»
Esther Perez autora camino minimalista

Esther Pérez
Seguidora de un estilo de vida minimalista y frugal, apasionada de la nutrición y los hábitos saludables, obsesionada por los retos y buscadora incansable de la mejor versión de mí misma.

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