Mudanza minimalista

Hace unas dos semanas que vaciamos el piso de Madrid y lo metimos todo en un trastero. Cuatro semanas intensas en las que tuvimos que guardar todo lo que tenemos tras cinco años en la misma casa.

Lo ideal es que en vez de meter todo en cajas y ya está, se haga un análisis de cada objeto antes de guardarlo, y eso fue lo que hicimos. En la próxima casa en la que vivamos queremos sentirnos renovados, y sólo tener lo realmente necesario. Siendo minimalistas, pensábamos que sería pan comido, pero no fue tan fácil como creíamos. Teníamos mucho más de lo que en un principio teníamos en mente, y eso que hacemos limpiezas de vez en cuando para quitar todo aquello que ya no nos genera felicidad o no nos es útil.

No obstante, seguimos varias estrategias para ir analizando nuestras posesiones e ir guardándolo todo de manera ordenada, pero sólo aquello que nos aportara valor.

minimalismo_cajasmudanza
Foto 1. Todas nuestras cosas ya empaquetadas

Estrategia 1: comprar un número de cajas determinado

Adquirimos por Amazon 10 cajas tamaño 55x35x35 cm, y nos propusimos que todo tenía que caber en ese número de cajas. Luego adjudicamos un número de cajas a cada habitación. De tal manera, nuestra intención era: una caja para el baño, tres cajas para nuestra habitación, dos cajas para el salón, una para el armario de la entrada y otras tres para la cocina.

Creo que es una estrategia genial para deshacerte de muchas cosas que no te son útiles. Yo me empeñé en que toda mi ropa tenía que caber en una caja, y la revisé tres veces. Revisiones en las que siempre acababa quitando cosas, así que me vino muy bien para seguir minimizando.

Estrategia 2: habitación por habitación

Dedicábamos un día a cada espacio de la casa. Teniendo en cuenta que tenía que trabajar durante el día y que tenemos un bebé… la mudanza fue bastante lenta, así que hicimos varias redadas de cada habitación, porque en un día no nos daba tiempo.

A continuación, expongo las acciones realizadas y los objetos que quitamos en cada uno de los espacios de nuestra casa. Quizá te sirvan en tu próxima mudanza como inspiración.

COCINA

Espero que tras esta mega revisión de la cocina consigamos una cocina más minimalista en la próxima casa en la que vivamos. Al final hemos necesitado diez cajitas, ya que la vajilla y los calderos pesan; ponerlo todo en cajas grandes hubiera sido inviable.

  • Tirar alimentos caducados y en mal estado, tanto de la nevera como de la despensa.
  • Llevar a la farmacia medicamentos caducados.
  • A la basura algún resto que quedaba de bebidas alcohólicas.
  • El exprimidor fuera, ya que hace mucho tiempo que no nos hacemos zumos; priorizamos las frutas enteras.
  • Una palomitera: casi no la hemos usado, y ocupa mucho espacio.
  • Recetas en papel: nunca me acuerdo de que las tengo, y cuando quiero hacer algo nuevo busco en Google.
  • Robot de cocina para bebés: es un trasto enorme, y con el Baby Led Weaning no tiene mucho sentido.
  • Cajas de té: beber una taza de té es uno de mis momentos hygge, pero me he pasado al té a granel, así que dos cajas para guardar bolsas de té ya no son necesarias.
  • Botes para guardar té: he quitado cinco que eran muy pequeños, y me he quedado con dos latas que son muy bonitas.
  • Freidora: sólo la usábamos para hacer papas fritas, pero ya no las hacemos así, las preferimos sancochadas (cocidas) o al horno. Ocupa espacio, gasta mucho aceite y no fomenta una alimentación muy sana.
  • Objetos de jardinería: suelo tener muy pocas plantas, así que me quité una regadera que en realidad no uso, macetas rotas y semillas.
  • Imanes: en concreto dos imanes que nos han regalado de viajes a los que nosotros no hemos ido.
  • Mortero: le hemos dado muy poco uso y ocupa espacio.
  • Manopla: tenemos dos guantes de cocina, quitamos uno que estaba ya viejo.
  • Paños: teníamos demasiados, hemos tirado los que estaban más estropeados y los que en realidad no nos gustaban mucho, y nos hemos quedado con cuatro.
  • Cubiertos: fuera algunos cuchillos, porque había de más, y alguna cuchara que estaba estropeada.
  • Vasos y platos: creemos que teníamos muchos, y aún así nos quedamos con bastantes tras quitar algunos.
  • Vasos y pajitas de plástico: los hemos regalado; hacía años que estaban guardados en un armario.
  • Calderos: hemos quitado dos, estaban viejitos ya.
  • Tuppers: fuera los estropeados, los que hemos usado mucho y los que intentábamos no usar porque nos daban un poco de asco ya.

DORMITORIO

He intentado por todos los medios que toda mi ropa, zapatos y complementos cupiera en una sola caja, pero me ha resultado imposible. He necesitado tres cajas para mí solita. Me ha desanimado un poco pensar que no soy tan minimalista como pensaba, pero tras reflexionar sé que en realidad no tengo tanto, una caja hubiera sido el número perfecto, pero no era realista.

minimalismo_inventario
Foto 2. Toda mi ropa antes de empezar con la limpieza

Hemos aprovechado para hacer inventario de ropa. Tras colocar toda nuestra ropa en la cama, hemos ido analizando prenda a prenda lo que se quedaba y lo que se iba. De uno en uno, porque la ropa de los tres no cabe toda junta en una cama de matrimonio. Creo que, aunque lleve un poco más de tiempo, es interesante anotar cuánto tienes de cada cosa, para que así seas consciente de en qué tienes demasiadas cosas.

De esta manera, hemos logrado reducir en ropa interior, abrigos, camisas, jerseys, pantalones, ropa de deporte, pañuelos, zapatos y pijamas. Todo lo que estaba roto o en malas condiciones lo hemos tirado a la basura, y lo se veía bien lo hemos guardado en bolsas para donar. Cinco bolsas han salido para donar, y reitero que hacemos limpiezas de vez en cuando.

Mis tres cajas del dormitorio se han distribuido de esta manera:

  • Caja 1: ropa.
  • Caja 2: zapatos, ropa interior, pijamas, perchas.
  • Caja 3: bolsos, bisutería, abrigos.

Mi marido me ha ganado y ha conseguido meter sus cosas del dormitorio en dos cajas; y lo de la peque cabía todo en una caja.

Por otra parte, hemos hecho limpieza de ropa de cama, mantas y cojines. A la basura sábanas viejas y estropeadas, relleno de cojines de hace un montón de años (¿cuántos ácaros tendrá eso?) y una manta que ya no nos gustaba. Las cosas de este tipo que nos hemos quedado han cabido en una caja.

Ha sido dura la revisión del dormitorio, pero habrá merecido la pena, porque en nuestro futuro dormitorio minimalista estaremos rodeados de aquello que nos agrada y nos aporta valor.

BAÑO

El baño ha sido lo más fácil, ya contábamos con un baño minimalista. Sólo teníamos un armario con cuatro baldas y un sitio para poner las toallas, así que ha cabido todo en una caja tras hacer revisión de algunas cosas:

  • Sólo me he quedado con un cepillo, ¿para qué dos?
  • Productos caducados: maquillaje, cremas y pinturas de uñas.
  • Bastoncillos: no los usábamos, y en realidad no se recomienda su uso.
  • Productos para el pelo y accesorios que no usaba y/o estaban estropeados.
  • Toallas: a la basura las deshilachadas y manchadas. Nos hemos dado cuenta de que no nos gusta tener tantos colores diferentes de toallas. Nos hemos quedado con dos para cada uno, y cuando esas se estropeen compraremos otras que nos gusten más.

SALÓN

Para el salón hemos necesitado más cajas de las que pensábamos, porque mis álbums de scrapbooking pesan mucho, y no era cuestión de meterlos todos en una sola caja.

  • Agendas en blanco: típicas cosas de publicidad que regalan, teníamos varias sin estrenar, así que fuera.
  • Altavoz bluetooth: ya tenemos uno que se pega a la pared del baño, y con uno nos basta.
  • Libros: ya teníamos muy pocos libros, pero hemos vendido algunos, así nos quitábamos algo de peso.
  • Cables: cuántos cables que no sabíamos ni para qué eran, y otros muchos repetidos.
  • Material de manualidades: me encanta el scrapbooking, y tiendo a acumular bastante material, porque me van sobrando cachitos de aquí y de allá y los guardo para intentar aprovecharlos. No obstante, he tirado algunas cosas a las que no les estaba dando salida, quitándome en total dos cajitas de material.

ARMARIO DE LA ENTRADA

Este armario no se puede contar como una habitación, pero sí que era un espacio en el que metíamos muchas cosas.

  • Ropa: en los diferentes métodos de minimizar ropa, hemos usado este armario para:
    • Dejar aquellas prendas que no usábamos desde hace mucho tiempo (sistema de dejar sólo en el dormitorio lo que nos íbamos poniendo). Aquí había cosas que no nos poníamos desde hace más de un año.
    • Ropa para otros armarios cápsula: sólo pudimos hacer uno (por el tema del covid no estábamos en Madrid), así que dejamos en este armario lo que no pertenecía al armario cápsula de 33 prendas que teníamos en el dormitorio.
  • Documentos: tenemos un archivador para todos los documentos, así que lo hemos revisado para dejar sólo aquellos con antigüedad menor de cinco años, por temas de Hacienda y eso. El resto a la basura. Además, estamos intentando no imprimir casi nada, para ir guardando cada vez menos papeles.
  • Maletas y mochilas de trekking: las hemos usado como «cajas» para la mudanza.

Estrategia 3: sacar un dinero extra

En cada espacio que íbamos revisando veíamos posibles ventas, así que todo aquello que podía ser vendido lo subíamos a Wallapop. He de decir que si consigues ir vendiendo cosillas te motivas aún más en la minimización de espacios. Nosotros hemos conseguido vender:

  • Un televisor
  • Una cajonera de cuatro cajones
  • Un mueble de madera de baño
  • Una mesa de cocina con dos banquetas
  • Una estantería de hierro
  • Un robot de cocina para bebés
  • Un estuche enorme de copas de Bohemia
  • 12 vasos de chupito
  • 3 libros
  • 2 cajas de té
  • 2 agarraderas para hacer flexiones
  • 2 pesas
  • Una palomitera
  • Un cesto para la ropa sucia
  • Una minicuna con el colchón
  • Una hamaca balancín para bebés
  • 4 paquetes de pañales (demasiada previsión, se le quedaron pequeños)
  • Una capa y una peluca (disfraz)
  • Unos vasitos de Lekué para hacer galletas
  • Una colcha

Por otro lado, en Cash Converter (tienda física de segunda mano) hemos vendido:

  • Una pistola de galletas

En total, hemos conseguido unos 600 €. Puede que parezca poco, que no hemos conseguido el dinero que habíamos gastado en esas cosas, pero ese no era el propósito. El objetivo era deshacernos de cosas que ya no nos aportaban valor, que otras personas pudieran hacer uso de esas cosas que en realidad estaban en buen estado, y a la vez, conseguir algún dinerillo extra. Objetivo más que conseguido.

Estrategia 4: dejar en la calle

Esta fue la última opción. Esta era la situación: había cosas que no conseguíamos vender, y tampoco estaban para tirarlas sin más a la basura. Otras personas podían seguir aprovechándolas, aunque fuera de gratis.

Así que lo que hicimos fue que algunos días al lado del cubo de la basura, en un sitio visible y en una bolsa abierta, dejábamos aquellas cosas que no pudimos vender pero estaban en buen estado:

  • Un cepillo para el pelo
  • Una regadera
  • Un altavoz bluetooth
  • Un exprimidor
  • Cinco botes de té
  • Varias agendas en blanco
  • Algunos pares de zapatos
  • Una freidora
  • Un mortero
  • Una mochilita con productos para bebé
  • Dos calderos (estaban bastante usados, pero se podían seguir aprovechando)
  • Un taburete

No siempre lo pudimos comprobar, pero la mayoría de las veces que mirábamos un par de horas más tarde, las cosas habían desaparecido. Esperamos que quien quiera que se las llevara las esté aprovechando.

«Conserva solo los objetos que te hagan feliz. La vida es demasiado corta como para rodearse de pena y dolor.»  Erin Doland

Al final, con todas estas estrategias hemos logrado minimizar aún más nuestras posesiones, conseguir un dinero extra, ahorrar espacio en número de cajas y también ahorrar tiempo cuando en un futuro vayamos a nuestra próxima casa en Madrid, ya que nos hemos quedado con muchas menos cosas.

Una mudanza es un proceso agotador, tanto mental, como físicamente, así que espero que estas estrategias te puedan ayudar en tu próxima mudanza. ¿Te has mudado alguna vez? ¿Has seguido algún método o directamente lo has metido todo en cajas? Cuéntame en los comentarios todo aquello que quieras compartir, me encantaría leer otras experiencias.

Esther Perez autora camino minimalista

Esther Pérez
Seguidora de un estilo de vida minimalista y frugal, apasionada de la nutrición y los hábitos saludables, obsesionada por los retos y buscadora incansable de la mejor versión de mí misma.

Contenido minimalista que puede interesarte

Deja un comentario