Ser minimalista implica vivir con lo que realmente necesitamos y/o nos encante. Hacer una revisión exhaustiva de todas nuestras posesiones es primordial, porque ahí es cuando verdaderamente nos damos cuenta de la cantidad tan grande de objetos que simplemente acumulamos… y también del dinero derrochado inútilmente.
Es por esto que en su momento escribí la entrada de cómo tener un baño minimalista; porque hace tiempo yo misma tuve la necesidad de revisar el cuarto de baño, al percatarme de que era un espacio en el que sin darme cuenta fui guardando y guardando hasta que ya no sabía exactamente todo lo que había en el armario.
Por consiguiente, creo que el siguiente paso es la cocina, difícil, sí, pero es necesario, ya que en la cocina almacenamos de todo y sin sentido. No hace falta hacer una reforma de la cocina ni comprar muebles blancos ni nada de eso. Simplemente hay que revisar todos los lugares de almacenamiento que tengamos en la cocina, e ir chequeando uno a uno.
6 Ideas para conseguir una cocina minimalista
1. Deshazte de objetos repetidos
¿De verdad necesitas dos ollas a presión? ¿Tres vajillas completas? ¿Veinte tenedores? Analiza cuántas personas viven en tu hogar, y mantén las cosas que necesites para esas personas y para un número de invitados realista. Por ejemplo: puede que no sea muy práctico tener ocho calderos si en casa sólo hay dos personas. En el caso de los cubiertos, ten algunos más por el tema de las visitas, pero no para un ejército de invitados; ten en cuenta cuántas personas invitadas para comer sueles tener y conserva cubiertos en relación a eso.
En este paso es conveniente que lleves a rajatabla lo de sacar todo de los cajones. Así, te darás cuenta de cuánto tienes de cada cosa. Seguramente te llevarás más de una sorpresa.
2. Quita lo que no uses
No tiene sentido que nuestra cocina se convierta en un almacén de utensilios, vajillas y multitud de aparatos. Mientras vas haciendo el chequeo de cada objeto, reflexiona sobre el uso que le estás dando. Seguramente habrá muchísimas cosas que guardes y que en realidad no uses. Tienes la opción de regalar, vender o tirar eso que en realidad no tiene utilidad en tu día a día. Con esto descubrirás que tienes mucho más de lo que realmente necesitas.
3. Limpia a fondo la nevera
La nevera es el electrodoméstico más importante de la cocina, así que cuídalo. Saca todo lo que hay dentro y limpia bien el interior. A continuación, examina todos los alimentos que has sacado: comprueba el estado en el que estén; los productos que estén caducados o en mal estado tíralos a la basura; y ten presente los que estén próximos a caducar para usarlos cuanto antes. Tras el meticuloso análisis, vuelve a introducir lo que te haya quedado; esta vez ordenado. Último consejo para tu nevera: haz un esfuerzo por mantenerla limpia y bien organizada.
4. Tira lo que esté en mal estado
Ya sean alimentos caducados, trapos rotos, vajilla estropeada, tuppers de plástico que huelen mal… Quita de tu cocina lo que no esté en buenas condiciones.
5. Ordena por categorías
Pon todo lo relativo a la misma categoría junto, para que te resulte más fácil encontrar lo que necesites en cada momento. Por ejemplo, las latas de conservas colocarlas en el mismo lugar, las legumbres en otro,… De esta manera siempre sabrás cuánto te queda de cada cosa.
6. Mantén las superficies limpias
Para mí esto tiene una gran relevancia, puesto que me aporta mayor claridad. Soy de la opinión de que las superficies con muchas cosas encima aportan ruido. Por eso, siempre intento mantener las superficies limpias y con lo justo y necesario. La verdad es que esto ha hecho que me den más ganas por cocinar.
“Nuestro entorno está conectado con nosotros y refleja nuestra mente: cuando está desordenado, nuestra mente también.” Keisuke Matsumoto