El reto de esta semana va a versar sobre productividad. Me caracterizo por ser una persona que quiere hacer de todo durante el día, pero el día no tiene 40 horas, y esto me está generando bastante frustración, así que llevo un tiempo un poco estresada.
Siempre me planifico las semanas, anotando todo lo que tengo que hacer cada día. Al principio este sistema me funcionaba bastante bien, pero ha llegado un punto en el que me agobio: la lista de cosas que apunto para cada día se me está haciendo muy larga, y cada vez tengo menos momentos de relax, porque me quedo sin tiempo.
Vamos, que me es imposible llegar a todo. Es por eso que he pensado en ralentizar un poco el ritmo, y aplicar el minimalismo también en esto. Creo que, a fin de cuentas, hemos de disfrutar del momento presente, y no vivir cada día agobiad@s por no hacer todo lo que nos habíamos planteado. De este modo, me he propuesto que a partir de ahora voy a seguir con mi planificación semanal, pero esta vez priorizando tres objetivos diarios.
Pasos para decidir tus tres objetivos diarios
1. Piensa en todo lo que tienes que hacer durante esta semana, y anótalo. ¿Cuánto tienes por hacer? ¿Es mucho? ¿Es poco?
2. Divide las tareas grandes en subtareas más pequeñas. Haz esto con aquellas cosas que sepas de antemano que no vas a poder realizar en un solo día.
3. Reparte esas tareas en tu calendario semanal, tres cada día, de manera que cada día te comprometas a cumplir eso que te has propuesto.
4. Usa el time blocking, es decir, especifica en qué horas del día vas a realizar esas tareas. De esta manera, te comprometes contigo mism@. Ten en cuenta tu cronotipo: dedica tus momentos de más energía a realizar tareas tediosas y/o que más concentración te supongan, y tus picos de baja energía a actividades más rutinarias y/o creativas.
4. Haz la distribución de tareas teniendo en cuenta los compromisos que tengas esa semana. Si por ejemplo ya sabes que el martes has quedado con tus amig@s y no vas a disponer de la tarde, ponte para ese día tareas más sencillas y que te requieran menos tiempo.
Qué consigues con tus tres objetivos diarios
¿Qué he conseguido yo gracias a limitar mis objetivos a tres al día? Sobre todo, me ha servido para sustituir el sentimiento de frustración por el de satisfacción. Sí, puede que al final del día haya conseguido acabar menos tareas, pero no he terminado con la lengua fuera y con la sensación de no haber disfrutado de la jornada.
Esto requiere práctica, sobre todo la parte de dividir las tareas y repartirlas a lo largo de la semana; y también disciplina y compromiso. Por otra parte, es una manera de crear el hábito de organizarte: piensa que tan sólo tienes que hacer tres tareas al día. Si haces más, perfecto, pero ten claros tus objetivos.
Por otro lado, organizarte bien en la planificación de las tareas, y cumplirlas, hará que tengas la sensación de que controlas tu vida. Eso es algo muy satisfactorio: quiero hacer estas tres cosas hoy y las voy a hacer hoy.
Al final, esta es una herramienta más de gestión del tiempo, y que bien utilizada puede hacer aumentar tu productividad muchísimo.
Consejos
Recalco la importancia de tener metas definidas en nuestra vida, tanto a corto como a medio y largo plazo. Si ahora mismo no te gusta algo en tu vida, cámbialo, pero seguramente va a requerir algún tipo de planificación. Si quieres ponerte en forma y nunca has hecho deporte, de repente no vas a ponerte a hacer ejercicio todos los días; aparte de que no estarías preparad@ físicamente, la motivación probablemente decairía en algún momento.
Es por eso que no te debes estancar en las tareas del día a día. Es decir, tus tres objetivos diarios no tendrían que ser siempre ponerte a hacer cosas de la casa, ya que esto te alejaría de conseguir grandes metas. Por supuesto que tienes que meter tareas cotidianas en tu planificación semanal, es normal, tod@s tenemos que cocinar, limpiar y hacer lavadoras; pero deja hueco para tus aficiones.
Si te gusta la pintura, dedica uno o varios días de la semana a eso. No será lo más productivo del mundo quizás, pero hemos de cultivar nuestros intereses, porque aumentará nuestro bienestar. Dedicarnos un ratito a nosotr@s mism@s es muy importante.
Por otra parte, aparte de las tareas rutinarias del día a día y de nuestras aficiones, también hemos de responder a esta pregunta: ¿Qué quiero conseguir en mi vida? Por ejemplo, si tu objetivo a largo plazo es escribir un libro, puedes planificarte para ir escribiéndolo desde ya; no lo dejes para ese futuro incierto en el que siempre tendrás más tiempo y estarás más centrad@; eso no va a pasar. En cambio, si te planificas y cada día escribes 500 palabras, ya estarías en el camino de escribir ese libro soñado.
«A falta de objetivos claros, siendo extremadamente fieles a realizar las trivialidades diarias, nos convertimos en esclavos de ellas.» Robert A. Heinlein
Como conclusión, la planificación es esencial para conseguir todo aquello que te propongas. Piensa en tus tareas, bloquea tu calendario para realizarlas y comprométete a ello. Prioriza tres objetivos al día, y que no sólo tengan en cuenta las tareas del hogar, porque eso no te hará crecer; deja espacio para tus aficiones y para el desarrollo de tus grandes metas.
¿Qué te parece el reto de esta semana? ¿Sueles sentirte agobiad@ por no poder llegar a todo, como yo? Cuéntame tus impresiones y cualquier cosa que quieras compartir. Por supuesto, si se te ocurren nuevos retos, también me lo puedes decir en los comentarios. ¡A por la semana!