El minimalismo me ha ayudado mucho a simplificar mi vida, a hacerla más sencilla y fácil. Además, también me hace ser consciente de lo que consumo, con lo que intento ser más responsable para no caer en compras que no necesito. Es por eso que inevitablemente tiendo a reducir cada vez más mis posesiones, quedándome con lo que necesito y/o me aporta valor.
«La sencillez consiste en hacer el viaje por la vida sólo con el equipaje necesario.» Charles Dudley Warner
A continuación expongo siete cosas materiales que he simplificado gracias al minimalismo, por lo que debido a estos cambios mi estilo de vida es muy diferente al que tenía antes, y me encanta.
1. ROPA
He de decir que la reducción de mi vestuario aún continúa; la voy haciendo poco a poco, y es algo que está relacionado con mis objetivos de este año. Me he deshecho de muchas prendas, pero aún así considero que sigo teniendo mucho más de lo que necesito. He seguido diferentes métodos, que ya expliqué en la entrada Cómo empezar a ser minimalista:
- El método de Marie Kondo: la ropa es una de las categorías que abarca este sistema, la cual se subdivide en varias: camisetas, pantalones,… Empecé haciendo esto tras haber leído el libro de Marie Kondo; conseguí deshacerme de muchísima ropa.
- El método de guardar en cajas: se mete toda la ropa en cajas, y vas sacando lo que vayas necesitando. Esto también lo llegamos a hacer, pero en vez de guardar en cajas, lo que hicimos fue sacar todo de nuestra habitación, que es donde tenemos toda la ropa, y guardarlo en un armario de fuera del dormitorio. A medida que fuimos necesitando prendas, las metimos en nuestro armario de la habitación. Esto lo hicimos durante un año, y en el armario de fuera se quedó mucha ropa, más de la que pensábamos.
- Armario cápsula: componer tu vestuario de unas prendas fijas; en mi caso, un armario por cada temporada. Este sistema es en el que estoy inmersa, pero a medias; compusimos nuestros primeros armarios cápsula, que abarcaban desde el mes de enero hasta el mes de marzo de este año. Siendo este el año del coronavirus, y estando fuera de Madrid todos estos meses, sólo pudimos hacer este primer armario cápsula. No obstante, nuestra intención una vez volvamos es continuar haciendo los siguientes. Pudiera parecer que armando el armario cápsula no te deshaces de ropa, pero como tienes que pensar en lo que realmente te vas a poner durante unos meses, tras reflexionar mucho, eliges lo que realmente te gusta y sabes que te queda bien. Por tanto, irremediablemente, hay prendas que se quedan fuera, y que puedes donar, vender, regalar o tirar.
- Proyecto 333: consiste en elegir 33 prendas para utilizar durante tres meses. Combina bastante con los fundamentos del armario cápsula; es por eso que nosotros compusimos nuestro armario cápsula siguiendo este proyecto 333. De esta manera, te ves obligad@ a acotar el número de prendas que te vas a poner durante tres meses. El proyecto original incluye accesorios, complementos y bolsos entre esas prendas; yo no los incluyo. Tampoco se incluirían: ropa interior, pijamas, ni ropa de deporte. Siguiendo este famoso proyecto también conseguimos reducir la cantidad de ropa que teníamos, porque priorizamos cosas que sí que nos encantaban, y quitamos otras que en realidad teníamos por tener: no nos las poníamos, no nos quedaban bien o en realidad no nos gustaban.
2. ZAPATOS
La última vez que conté mis zapatos tenía 17 pares; es verdad que son muchos, pero he logrado quitar bastantes. Sobre todo me he deshecho de calzado incómodo y/o que hacía muchísimo tiempo que no me ponía. Curiosamente, llevo seis meses con tres pares de zapatos y puedo vivir perfectamente. Es algo extremo porque no me encuentro en mi residencia habitual, pero me he demostrado a mí misma que tengo más pares de los que necesito.
3. LIBROS
Ya en el reto 21 comenté que había hecho una super limpieza minimalista de libros, y que ahora mismo sólo tenemos diez, los que más nos motivan en este momento. Nos hemos impuesto la regla de que si entra un nuevo libro otro ha de salir, ya sea regalándolo, vendiéndolo o donándolo. Nunca tirándolo, pues aunque ya no lo vayamos a leer, le podemos dar la oportunidad a otras personas que quizá sí estén interesadas.
La reducción de libros es liberadora, supone ahorrarse un montón de espacio, y también de dinero. Esto no significa que haya dejado de leer, simplemente puedo de usar el libro electrónico y los libros de la biblioteca municipal, que además tiene la opción de préstamo de libros en formato digital.
4. DECORACIÓN
Apenas tenemos objetos decorativos en casa. Simplemente tenemos algunas fotos enmarcadas, un collage de fotos en el dormitorio que voy haciendo yo misma, y algunas plantas. El tema de figuras y cosas por el estilo no va mucho con nuestros gustos, así que las cosas que teníamos las hemos quitado.
Creo que la mejor decoración es tener lindas fotos, aunque no demasiadas para no saturar los espacios; y muchas plantas. Las plantas son seres vivos, y aportan color y oxígeno al ambiente. Me gustaría ir teniendo cada vez más plantas, y también tener mi propio huerto, aunque sea chiquitito.
5. COLECCIONES
Cuando nos independizamos, empezamos a viajar muchísimo, así que pensamos que sería una buena idea comprar un souvenir de cada sitio que visitábamos. Tuvimos que escoger algo que fuera fácil de conseguir en cada lugar, así que la elección fue comprar vasos de chupito.
¿Qué pasó? Que empezamos a acumular bastantes. Luego comenzamos con este estilo de vida minimalista, y nos dimos cuenta de que no nos estaban aportando valor, más bien al contrario. La obligación que nos habíamos autoimpuesto nos empezaba a estresar en los viajes, porque había que comprar un vasito de chupito fuera como fuera.
Por eso tomamos la decisión de dejar de coleccionarlos, y fue una auténtica liberación. Es más, he vendido unos cuantos por wallapop, a gente que los colecciona. La gente contenta por conseguir más vasitos para sus colecciones y yo inmensamente feliz por deshacerme de ellos, y reducir así la cantidad de cosas que tenemos.
6. ACCESORIOS
Entre mis accesorios incluyo pañuelos, pendientes, collares, pulseras, gafas de sol, cositas para el pelo, bolsos,… La verdad es que he simplificado mucho mi estilo. Hice una revisión de pendientes, collares y pulseras, y muchos los doné, porque en realidad no me los ponía. Sí, tenía espacio para guardarlos, pero para qué conservarlos si no me encantaban.
Intento no tener demasiados accesorios, soy bastante práctica a la hora de vestirme, y el tener más cantidad no va a suponer que vaya a ponérmelo todo. Mejor tener menos accesorios, pero que me gusten mucho, que tener un montón, y que estén acumulando polvo.
En cuanto a los bolsos también regalé algunos, porque me encontré con que tenía varios del mismo color y otros que no usaba nunca. Por poner un ejemplo, me vi con tres bolsos negros. Me quedé con mi preferido y los otros dos los regalé. Esto de los bolsos me ha ayudado a simplificar a la hora de escoger uno a la hora de salir, pues sólo me quedé con uno negro, otro color camel y otro marrón oscuro. Creo que son colores que combinan muy bien, y no necesito más.
7. PRODUCTOS DE LIMPIEZA
En este tema soy principiante total. Cuando hice una redada por la cocina y tocó la parte de productos de limpieza… ¿de verdad son necesarios tantísimos productos? Ahí fue cuando empecé a indagar, y resulta que es posible vivir con menos productos de este tipo, que encima son tóxicos.
Ahora mismo estamos en un momento en el que vamos a gastar lo que quede de muchos productos, y nos pasaremos a alternativas más sostenibles. Algo que sí que hemos hecho es comprar detergente a granel, reutilizando una botella que ya teníamos. Otra cosa es que ya no compramos suavizante para la ropa, no es necesario, y además sería añadir más químicos. Para fregar la loza usamos un estropajo de luffa, que en realidad es el fruto de un árbol, así que más ecológico y sostenible que eso…
Para limpiar estamos usando vinagre de limpieza; funciona muy bien como abrillantador, desinfectante y desengrasante. El olor desaparece pasado un rato, pero no es insoportable. También se puede meter cáscaras de limón o naranja en el recipiente del vinagre y así dar un toque cítrico al limpiador.
La cuestión aquí es reducir envases y ser más sostenibles. Poco a poco lo iremos consiguiendo.
Recuerda: lo importante en el minimalismo no es deshacerse de muchísimas cosas, sino conservar aquello que te sea útil y te aporte valor. Y esas cosas no son las mismas para tod@s, cada persona tiene sus gustos y aficiones, así que no existen reglas estrictas. Sólo te pido que reflexiones sobre tus posesiones, y te liberes del peso que supone conservar cosas que no te hacen feliz.
He de decir que eres todo un ejemplo a seguir. Apuesto a que inspiras a muchas personas de tu entorno a mejorar cosas en su día a día para tener una vida más plena.
Me identifico con tu sensación reciente de experimentar el necesitar realmente poco para vivir bien y sentirse a gusto rodeado de lo justo. Yo también tengo muy pendiente los productos de limpieza en cuanto a minimalismo, pero oye, estamos en el camino.
Un abrazo.
¡Hola Yai! Estar en el minimalismo nos ayuda a simplificar muchas cosas de nuestra vida, y por eso nos damos cuenta rápidamente de que para ser felices necesitamos muy poco. En cuanto a las cosas que yo he simplificado, no todos somos iguales, cada uno da de llevar su ritmo y como quiera o pueda, esto es algo personal. No nos comparemos con otras personas en esto del minimalismo, es todo un proceso de mejora personal. ¡Como siempre muchas gracias por leerme!
Me encantó Esther, es ta valiosa esa mirada personal sobre el minimalismo. Gracias por compartirlo.
¡Hola Ingrid! La verdad es que me gusta mucho compartir mi experiencia en este camino hacia el minimalismo; quizás motive a otras personas a adentrarse en este mundillo. Muchas gracias por dedicar tiempo a leer una de mis entradas.